Emprender... bajo los dimes y diretes

Hace años me prometí a mi mismo que, en cuanto se diese la oportunidad, crearía mi empresa, sería mi propio jefe y haría las cosas de una manera distinta, un pequeño aporte para cambiar el mundo y demostrar que las cosas se pueden hacer de una forma diferente sin pisotear al prójimo...
Dicho y hecho. Uno consigue los socios y termina el proyecto que marcará su futuro y realiza una nueva visión de empresa, alejado del despotismo de las grandes y de la inseguridad de las pequeñas, aunque los que estemos al pie del cañón estemos (por dentro siempre) tan inseguros como el que más.
Pero a uno le motiva que, mientras algunas hormigas traicioneras intentan hundirte antes de comenzar con dimes y diretes en tu contra y ataques personalizados a tus empleados, otros observen la reacción de esa nueva empresa y se sorprendan de que esos ataques les hacen más fuertes y se decidan a involucrarse en la causa de esos primerizos que dan los primeros pasos en el mundo empresarial.
Alguna vez escuché eso de "que hablen, bien o mal, pero lo importante es que hablen", y parece que funciona... Tal vez por puro morbo, tal vez por aprobación, tal vez por reproche, pero con esta entrada, doy las gracias a esa hormiga cojonera por esa mala prensa que hizo que la gente se acercase dándome la oportunidad de presentarme y ofrecerle mis servicios.
No hemos ganado la guerra, pero si una batalla importante... queda mucho que recorrer, para cambiar el mundo.

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