Diario de Abordo Cap.11: Ciudad enterrada

Alguien alguna vez me dijo que si no había algo interesante que contar dejase hablar al silencio. Tal vez por ello tarde en escribirte de vez en cuando, tal vez sea porque la monotonía empieza a pisarnos los talones o tal vez porque se acaben las cosas que hacer. No, ni lo uno ni lo otro. La verdad es que he estado hasta arriba de trabajo, pero, como siempre, los domingos son un buen día para reflexionar sobre lo que has hecho con tu vida en los últimos días...La semana pasada, descubrimos un mercadillo de antigüedades. Puedes tener entre tus manos objetos desechados por sus dueños y que tal vez estuvieron durante años en un desván, cogiendo polvo, y recordando sus momentos de gloria siendo útiles. Ahora te miran con ojos tristes pidiéndote que les acojas para que puedan serte útil: Revistas de 1902, relojes de bolsillo algo oxidados, cámaras de fotos con más de 70 años, un gramófono, paquetes de tabaco todavía sin abrir pero que ya no se fabrican, juguetes de una infancia perdida... todos tienen su precio colocado. La verdad que es tentador pensar que puedes llevarte un pequeño recuerdo de la vida de alguien por solo 3 euros, pero entonces mi casa estaría llena de trastos rotos. Así que me limito a mirar, aunque sabes perfectamente que un día de estos, iré allí y cogeré algo. Sin obras de teatro a la vista tenemos que ultimar los detalles del 'nostro proggetto': el corto-documental sobre la vida de Carlo Gesualdo, tras terminar de escribir el guión, Leticia se pone a traducirlo al italiano. Hecho esto, toca editar la entrevista de más de hora y media que hicimos al Maestro Spiniello, un artista de la ciudad, que en España, según Javi, no sería más que un loco de pueblo que pinta y, viendo el documental, tiene razón. Con motivo del día del trabajo (sí, es universal), el viernes nos lo tomamos libre y preparamos un nuevo viaje. Así, el sábado cogemos el 'pullman' dirección Salerno y nos reunimos con los habitantes de 'la casa de la felicittà' a los que se unen la hermana de Noelia y Alberto (un compañero de La Arboleda). Cogemos el tren (yo por primera vez desde que estoy en este país), y nos vamos a Pompei. Como era de esperar, los turistas nos rodean, inglés, francés, alemán, español... los idiomas se entre mezclan entre antiguas ruinas greco-romanas sepultadas por la lava del Vesuvio. Todo está tan bien conservado, que te transporta literalmente a aquella época. Tal vez lo que más me impresionó fue el cadáver envuelto en lava de una joven embarazada que dormía en el momento en el alguna de las tres parcas cortó el hilo de su vida mientras Hades la arropaba con lava.Casi 5 horas de recorrido, fisgoneando en los restos de casas ajenas tal y como las dejaron sus dueños hace siglos...Tomamos el tren de vuelta, Leticia y Javi se quedan en Salerno y Lucía y yo preferimos volver a la paz de Avellino, pero antes, la tensión se apodera de todos los viajeros que huyen como alma que lleva el diablo hacia los últimos vagones: Un incendio en el primer vagón. Me asomo, no hay humo, sin humo no hay fuego. Si cunde el pánico es peor, veo que un señor tira del freno de emergencia, me preparo para el golpe, no lo hay (bienvenido a Italia), me siento tranquilamente, los intrépidos Javi y Juanjo se lanzan a la aventura: van a socorrer el incendio. Vuelven, no hay fuego, solo un periódico que se ha consumido en llamas sin más. Un perro atraviesa el vagón y nos mira para que le abramos la puerta, Alberto se la abre, el perro se va, vemos por el cristal que el perro quiere volver a entrar a nuestro vagón. Volvemos a abrirle la puerta. El perro se queda con nosotros. Un viajero nos cuenta que ya ha visto a ese perro más de una vez en el tren, sube en una estación cualquiera y se baja en Salerno central. ¿Hola? ¡Que tal! Te aseguro que todo esto es tan real como que estás ahora mismo sentado frente a tu ordenador leyendo esto. En cuanto llego a Avellino me doy una ducha y me preparo para salir a tomar algo, tengo que analizar todo lo que ha pasado en este día ¿un perro que sabe que tren tomar? ¿un tren en llamas? ¿unas ruinas bien conservadas en Italia? Me voy al 'Buen Retiro'... Domingo. Día de la Madre. Me levanto, desayuno, limpio un poco la cocina, hago la colada, recojo la habitación, hago la comida, como, veo una película, salgo a pasear, cuando vuelvo Leti y Javi ya están aquí, vemos el montaje del documental sobre el Maestro Spiniello, nos cuentan anécdotas de Salerno y de un tiroteo por aquellas calles (...) y dicen algo que nos pilla por sorpresa, hoy nos acompañarán dos españoles ¿quién? Domani...

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